Pequeño diccionario de las palabras incomprendidas. Milan Kundera

Milan Kundera (Brno, antigua Checoslovaquia, 1929)

 

MUJER: ser mujer era para Sabina un sino que no había elegido. Aquello que no ha sido elegido por nosotros no podemos considerarlo ni como un mérito ni como un fracaso. Sabina opina que hay que tener una relación correcta con el sino que nos ha caído en suerte. Rebelarse contra el hecho de haber nacido mujer le parece igual de necio que enorgullecerse de ello.

Una vez, durante uno de sus primeros encuentros, Franz le dijo con especial énfasis: “Sabina, es usted una mujer”. No comprendía por qué se lo anunciaba con el gesto jubiloso de Cristóbal Colón viendo por primera vez las costas de América. Más tarde comprendió que la palabra mujer, en la que había puesto un énfasis particular, no significaba para él la denominación de uno de los dos sexos humanos, sino un valor. No todas las mujeres son dignas de ser llamadas mujeres.

Pero si Sabina era para Franz una mujer, ¿qué es entonces para él Marie-Claude, su verdadera esposa? Hace más de veinte años, algunos meses después de conocerse, le amenazó con quitarse la vida si la abandonaba. Franz se quedó prendado de aquella amenaza. Marie-Claude no le gustaba demasiado, pero su amor le parecía maravilloso. Le parecía que no era digno de tan gran amor y que debía inclinarse profundamente ante él.

De modo que se inclinó hasta el suelo y se casó con ella. Pese a que Marie-Claude nunca volvió ya a manifestar tal intensidad de sentimientos como en el momento en que le amenazó con el suicidio, en lo más profundo de él siguió vivo un imperativo: no debe hacerle nunca daño y tiene que valorar a la mujer que hay en ella.

Esta frase es interesante. No decía: valorar a Marie-Claude, sino: valorar a la mujer que hay en Marie-Claude.

Pero si la propia Marie-Claude es mujer, ¿quién es esa otra mujer que se esconde dentro de ella y a la que debe valorar? ¿Es quizás la idea platónica de la mujer?

No. Es su mamá. Nunca se le hubiera ocurrido decir que en su madre valoraba a la mujer. Adoraba a su mamá y no a una mujer que estuviera dentro de ella. La idea platónica de la mujer y la mamá eran la misma cosa.

Él tenía doce años cuando el padre de Franz la abandonó repentinamente. El niño supuso que estaba ocurriendo algo grave, pero la mamá veló el drama con palabras neutrales y suaves para no excitarlo. Ese día fueron a la ciudad y al salir de la casa de Franz se dio cuenta de que la madre llevaba en cada pie un zapato distinto. Se sentía confuso, tenía ganas de advertírselo, pero al mismo tiempo le daba miedo que una advertencia de ese tipo pudiera herirla. Así que pasó dos horas en la ciudad sin poder apartar los ojos de sus zapatos. Aquella vez empezó a entender qué era el sufrimiento.

 

 

© Milan Kundera, tomado de La insoportable levedad del ser.

© Fernando de Valenzuela, de la traducción.


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Una respuesta

  1. Una definición muy unívoca y precisa de la palabra mujer, precisamente por el rango de ser la creadora en este Reino Maravilloso de la Madre Pacha con ese imperativo valor, que ella representa, el amor de madre , de esposa, amiga, hermana acendrada en la maternidad

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