Eneas encuentra a Helena. Publio Virgilio Marón*

Mosaico romano del siglo III d.C. con Virgilio sosteniendo la Eneida y rodeado por las musas Clío y Melpómene.

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Ya quedaba yo solo cuando veo a la hija de Tíndaro**

que estaba vigilando la entrada en el templo de Vesta,

amparándose a ocultas en el sacro recinto. Las llamas del incendio

me dan luz según voy caminando sin rumbo,

dirigiendo a mi paso la mirada hacia todo.

Ella, Furia común a Troya y a su patria, ser odioso,

temiendo a los troyanos enojados con ella, por la ruina de Pérgamo

a par que la venganza de los dánaos y la cólera de su esposo abandonado,

a ocultas en cuclillas permanecía al lado del altar.

El alma me ardió en ira. Se apoderó de mí un furioso deseo

de vengar la caída de mi patria y tomarme el castigo de su crimen.

«¿Y ésta sin daño alguno volverá, por supuesto, a ver a su Esparta

y su natal Micenas y en calidad de reina tornará con el logro de su triunfo

y verá a su marido y su casa, a sus padres y a sus hijos,

rodeada a su vuelta de un nutrido cortejo de troyanas y servidores frigios?

¿Y para eso ha muerto Príamo y ha ardido Troya en llamas

y ha rebosado en sangre tantas veces la ribera dardania?

No será. Que si no da renombre glorioso castigar a una mujer

ni la hazaña depara honor alguno, me alabarán al menos por haberme exterminado

a un ser abominable y aplicado el castigo merecido. Y sentiré el placer

de haber saciado el fuego de venganza y haber apaciguado

las cenizas de seres queridos para mí».

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Notas

* Los versos del encuentro con Helena, virgilianos sin duda alguna, faltan en los antiguos manuscritos. El comentarista Servio, que nos los ha trasmitido, asegura que se hallaban al margen del autógrafo de Virgilio. Por ello fueron excluidos por sus primeros editores Tucca y Vario.

** Helena es llamada «hija de Tíndaro», rey de Esparta, a pesar de haber nacido de los amores de Leda, su esposa, y de Júpiter transformado en cisne. Fue la más hermosa de las mujeres de su tiempo. Casó con Menelao y fue raptada por Paris, quien la trasladó a Troya.

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© Javier de Echave-Susaeta, de la traducción

Tomado de la Eneida, Editorial Gredos.