Víctor Gómez Ferrer. Visceratur Magnolia

(Madrid, 1967)

 

Magnolia entre las vísceras

 

I

««:Agosto no luz camorra en las ramblas corren / aire sucio de los incendios / baba de nadie que dejó la refriega Agosto no sal calzado el desaire y la obsolescencia del atributo viril ni espada ni revolver ni puño mestizo en cada fractura se atisba el color fermentado de la canallada y el gris pavimento de los cementerios: ingles de ladrillo y párpados de pvc martirio con oquedad de sílabas estivales No Agosto en las camisas rojas de los reventados por la joven fiebre del despropósito y la avaricia jade y pezuña de mostrenco y fardos inasumibles que nos ahogan y entierran Agosto no esperpentos y calumnias al verso del periodista y los coros ministeriales y geométricos más dinero más calderilla y también tinajas con oro líquido  lágrimas de banquero…  gotea hirviendo el labio de las muchachadas gotea y supura como el aterido vello de un siglo desecho y famélico que vuelve sus ojos al sombrío pasadizo que va de un abrazo a una ausencia no vaciada aun de lo suficiente Agosto no libro vena a vena desenredado del cuerpo avasallado para una lectura en las vibraciones y el moroso bosque sin sol  la inalcanzable nocturnidad del dolor la espesura del daño en las articulaciones chirriantes    la ciudad de los esclavos pero tú Seno terso y firme acunas en la electricidad del amante una resistencia feraz y desobediente por las caderas los muslos y la espalda      acuerdo fulgurante con la complicidad de los no castrados    Agosto no Paris ni Atenas las oscilantes curvas de Sierra Magina orean el perfume de un tiempo por venir   Silueta áspera siendo los anzuelos celestes de una caída memoria bajo que signos solventar la afrenta de una luna llena desproporcionada en las ciegas cabañuelas las estrellas errantes son invisibilizadas por la nocturna cal Moneda preciosa de los telediarios :Agosto no resurrección   el plazo queda cercado en la misma desolación que llamó perros     a los hijos del hombre y miseria   a los versos de Rimbaud.

 

¿detrito o música? Vamos a tener         que darnos prisa…»»

 

 

 

II

«Sobre un baúl de nenúfares (borra nenúfares) de alfileres mejor dicho pusieron tu ojo indivisible que larvado de sal y miedo mantenía-sé abierto por no traicionar al abuelo (tachemos abuelo) al maquillador.

—Así ha de rezar la esquela del chivato.— Nadie pagó    pero hubieron flores.»

 

 

 

III

«Ayerdecer        la semilla vuela adentro del ave y adentro del frío   se hace música y azúcar     trae memoria del futuro    la anticipada flor   el escándalo.»

 

 

 

IV

«Oscilante movimiento el puñal al puño   palabra de filo mortal en la vena falla que se abre voraz   Anemia de los náufragos —acento parisino— el coronel dejó propina   aun la peonza gira y gira    U que dobla sobre la T casi la erosión del falo    acero que busca de cuajo sacarte las entrañas   dar de comer a los cuervos   Vaivén del mudo  taxista  ebrio en la esquina junto al hipódromo  ballestas saetean al mulato hijo del indocumentado    pirao que vendía farlopa a los regatistas     Honra el resbalón y en zigzag gana el foso de arena la atleta jubilada   País que ya no existe otro dictador cambio la contraseña del candado     La sierra minera  no llegaran las transferencias   Cenaremos en casa con la tele —llagas en las ventanas que no cierran— puesta y así no tendremos que hablar de los nigerianos atrapados entre las mareas   Noventa y siete ahogados     Péndulo sobre la frontera    temblor de esa cuerda que pudo estar al cuello   nadie viaja gratis   Hace frío en tu escalera ya no duerme el rumano   gotea el puñal la vejiga está a punto de reventar    Hay pan duro de ayer y algo de mermelada    Para qué más de una comida   no hemos resuelto aun como escapar de los zulos de los CIEs de las comisarías de los negreros de las balsas de los especuladores de los medios de comunicación de los racistas de las bandas organizadas del sermón de los pijos de la bata blanca de las cunetas de los sótanos     Curvada vuelta y vuelta cae la fruta pocha      Las hojas la tapan   cuando el viento revuelve la tarde sin ángeles ni cipreses      Vamos pisando por el camino asfaltado sin mirar a las cunetas     Sin mirar                                  Sin miramientos.»

 

 

 

V

«de voz Desahucio caverna del cráneo así fuera ojo que dijo mamá a la lluvia y abrazo de tierra al huerto cosidos los dientes al cuello de la rabia no los niños en tu vértigo no los niños la calcinada fotografía en sepia ni las vallas de la factoría en la explanada sucia   —deténganse el lector   la huérfana    el jardinero tuerto—  derrotada en los basurales    recuentan fósiles     restos que suman         luxadas y patizambos restos multiplicados

 

[…/…]

 

inasumibles cúmulos  frente a la higuera cuya pensatez está madurando en el suelo

 

no vale el abono en tierra estéril

 

muros de aire Plomizo  oscuro   suave       un pelo de adolescente oscila cuestionador del modo de anudar los daños  ¿llegas a verlo —slowly—

casi un flequillo           danzar

e irse?»

 

 

 

 VI

«Determinadas posesiones son un crimen   por ejemplo los ojos de un perro joven   Algunos desprendimientos usura   como el de la responsabilidad sobre tus esclavos  o la sangre del prudente     Pero lo imperdonable hoy es echar tela asfáltica sobre el lecho de las magnolias y podar   la sombra de los balcones  o tapiar el mirador al mar de tu pueblo costero     Hacer en la cena de año nuevo un brindis por los fondos de inversión especulativos y llamar pringao al indígena que defiende con su vida el palmo de tierra de sus ancestros    Si lloviera ácido no estaríamos peor   Hoy   las palabras están flacas y llenas de pulgas  Algo tendría que decir la poesía  Pero ¿con qué coraje   humildad  precisión y dignidad     si lleva tanto tiempo mirando a la luna        de espaldas al mundo? »

(25.08.2011 – 03.10.11)

 

 

© Víctor Gómez Ferrer, del texto inédito

 

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